Término a caballo entre sobar y restregarse. Viene a tratarse de un sobar cansino y perro, de un echar el peso encima del otro, de un atosigar, de respirarle a uno detrás de la oreja cuando está haciendo algo y queremos verlo.
Tiene que ver con la raíz sobar, aunque más bien se asimila con la acepción acentuada de resobar.
Antiguamente la gente se arresobinaba menos, eran más pollos de perdiz. Además de que los cuerpos estaban recubiertos por dieciocho capas de telas diversas -con distintos grados de sudoración en cada una de ellas- sayo, resayo, braga, guardabraga....
Hoy en día la juventud, no lo evita, sino que con frecuencia busca, el arresobinamiento, ya sea en conciertos o discotecas.
Pero no nos desviemos del tema, el asobinarse es pesao y se relaciona con elevadas temperaturas veraniegas, falta de amor al trabajo, sentarse en un sillón de “escai” en calzoncillos en pleno agosto.
También tenemos la acepción cercana arresobinarse que añadiría intencionalidad. Arrepretarse tiene un significado casi paralelo, pero con un sentido más varonil y limpio, y “empentarse” se utilizará más como apoyancarse.
El uso del término es adecuado en los siguientes ejemplos:
- Asobinarse en un sillón.
- Cuando traían una novedad a “las máquinas” todos luchábamos por acercarnos lo más posible, entonces Anastasio nos reconvenía: “... no los asobiníííís...”
- Cuando un muchacho se pasa de cariñoso y va siempre asobinao a la novia por el parque.
También lo utilizaremos en situaciones de falta de oxigenación, frescor, y siempre traerá emparejado un efecto concomitante que es el olor a resobín (olor a humanidad).
No perdamos este término tan nuestro y que tan buen servicio nos da para definir tan diversas acciones. /