1 de diciembre. Lunes de la I Semana de Adviento.
Felicidades a los que se llaman: Eloy, Agerico, Alejandro, Ansano, Cándida, Castriciano, Domnolo, Edmundo, Eligio, Elvisa, Evasio, Florencia, Hildeberto, Juan, Leoncio, Lucio, Nahúm, Natalia, Próculo, Rodolfo y Rogato.
Salmo
Vamos alegres a la casa del Señor.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,5-11):
EN aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: «Ve», y va; al otro: «Ven», y viene; a mi criado: «Haz esto», y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».
Palabra del Señor
San Eloy (o Eligio) obispo. Nació hacia el año 588. Aprendiz de platero, pasó a la corte gala para servir como tal, ascendiendo en influencia debido a su inteligencia. El rey Dagoberto pensó que era el hombre ideal para solucionar el antiguo contencioso que tenía con el vecino conde de Bretaña, lo envió como legado y acertó en la elección por el resultado favorable que obtuvo. No es extraño que Eloy pasara a ser solicitado como consejero de la Corona. Patrocinó la abadía de Solignac, a sus expensas nacieron otros en el Lemosin y, en París, la iglesia de San Pablo. Ordenado sacerdote, fue consagrado obispo de Noyon y de Tournay y estuvo presente en el concilio de Chalons-sur-Seine, del 644. Este artífice de los metales nobles y de las gemas preciosas que no se dejó atrapar por la idolatría a las cosas perecederas ha sido adoptado como patrono de los orfebres, plateros, joyeros, metalúrgicos y herradores. (s. VI/VII)
San Agerico obispo, que edificó iglesias y baptisterios, y, habiendo convertido su iglesia en asilo de prófugos, tuvo que padecer mucho por parte del rey Teodorico. (s. VI)
San Ansano.
Santa Cándida mártir.
San Castriciano obispo, en Milán. (s. III)
San Domnolo obispo, que antes había sido abad del monasterio de San Lorenzo de París y que resplandeció por la fuerza de sus milagros. (s. VI)
San Edmundo Campion, san Alejandro Briant y san Rodolfo Sherwin presbíteros y mártires durante el reinado de Isabel I, eximios por su fortaleza y carácter. No hay que olvidar que la persecución de católicos en Inglaterra tras el cisma fue terrible, y murieron muchísimos católicos fieles y sufrieron terribles torturas. Fue una de las causas de que Felipe II decidiera invadir Inglaterra fracasando en el intento, tampoco se dice que Isabel I preparó al año siguiente una contraarmada que fue un desastre mayor aún que la Grande y Felicísima Armada. La operación acabó en una total derrota, sin precedentes para los ingleses, y constituyó un rotundo fracaso de dimensiones mucho mayores que las de la Armada Invencible española. A raíz de este desastre, el que había sido hasta entonces héroe popular en Inglaterra, Francis Drake, cayó en desgracia. (s. XVI)
Santa Elvisa.
San Evasio obispo mártir.
Santa Florencia virgen, que convertida al Dios verdadero por el obispo san Hilario durante su destierro en Asia, luego le siguió al regresar a su tierra Poitiers en el siglo IV.
San Hildeberto.
San Juan mártir.
San Leoncio de Frejus obispo, que favoreció la vida monástica de san Honorato en la isla de Lérins, y al cual san Juan Casiano, su amigo, le dedicó las diez primeras Colaciones, murió hacia el año 433.
San Lucio.
San Nahúm profeta, que predicó a Dios como el que gobierna el devenir de los tiempos y juzga con justicia a los pueblos.
Santa Natalia mártir mujer del Mártir san Adrián; la cual, en la persecución de Diocleciano, sirvió mucho tiempo a los santos Mártires encarcelados en Nicomedia, y, cuando éstos terminaron el combate, se fue a Constantinopla, y allí descansó en paz.
San Próculo obispo mártir.
San Rogato mártir.




























