“Alma mía” de José Antonio Salamanca

Por la noche te observo

cuando duermes,

extasiada de espuma

y armada de claveles

pechos desnudos

regazo ardiente

en el silencio de la noche anuda.

Amor despierta

déjame acariciarte,

¡Alma mía te lo ruego!

¡Sin ti no vivo!

Estoy muriendo en esta noche sin alba

deseo tu cuerpo y tu piel sobre mi piel.

Y a la misma vez

el mismo escalofrío.

Déjame

esta noche amada mía

que sienta mi cuerpo en tu cuerpo.

Como un río de placer

lleno de locura y delicada mesura.

En el que nos satisfaga a los dos

con el que conjugamos nuestro cariño

y el amor de los dos.

José Antonio Salamanca

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