La visita del líder, C.B. Aridane, al Roberto Parra representaba un auténtico desafío para un Socuéllamos que sigue haciendo cuentas en una temporada que se está volviendo interminable.
El equipo ha tenido dificultades para encontrar una dinámica positiva y eso lo ha mantenido en la parte baja de la clasificación, una zona en la que cada jornada se vive con tensión y donde los errores pesan el doble. Enfrentarse al rival más fuerte no parecía la mejor oportunidad para revertir la situación, pero el deporte tiene esa magia inesperada que a veces cambia el guion.
Lo sucedido en el Roberto Parra debe ser un punto de inflexión para encarar el tramo final del curso con confianza. El Cabezuelo CB Socuéllamos ha dejado claro ante el mejor equipo del campeonato que sabe luchar, resistir y, sobre todo, que quiere quedarse en la categoría.
Desde el primer minuto, el partido fue un intercambio de golpes constante, con un ritmo alto y muchos puntos en ambos aros. Aridane estuvo más preciso y cerró el primer cuarto con una mínima ventaja de un punto.
El segundo periodo siguió la misma tónica, con un parcial idéntico de 19-21, lo que permitió a los visitantes marcharse al descanso con una renta de cuatro puntos.
Sin embargo, tras la reanudación, el Socuéllamos sacó orgullo y determinación para darle la vuelta al marcador. Con una defensa más intensa y una mayor presencia ofensiva, lograron recortar la diferencia con un parcial de 18-15, dejando todo por decidir en los últimos diez minutos.
Cabezuelo creyó en su juego y repitió la fórmula que le había dado resultado tras el descanso. La consecuencia fue un final de infarto en el que el equipo supo sufrir y celebrar una victoria agónica que devuelve la confianza a la afición y refuerza su lucha por la permanencia.
La próxima jornada, el 8 de marzo, el Cabezuelo volverá a jugar en casa, esta vez ante C.B. La Matanza, sexto clasificado, en otro duelo clave para su futuro en la competición.
