Algunos días empiezan por la noche, como ha sido el día de hoy. Anoche, de «madrugada», Mateo y Sara decidieron hacer pancartas para que los niños se aprendieran la canción del lipdub, que, como bien os destripamos ayer, va a ser «Color esperanza».
Amanecimos con un sol radiante que nos acompañó todo el día, así que decidimos ir caminando al colegio (por temas políticos la gasolina escasea y tenemos que ahorrar gasolina si queremos volver a España).
Ya en el colegio los ensayos de ayer dieron sus frutos y los niños aprendieron la canción estupendamente.
Seguimos después de la merienda con los juegos de esta semana: kickball, baloncesto y fútbol.
Si ayer la anécdota fue la sustracción de los gallumbos rojos de Alberto (siguen sin aparecer), la de hoy ha sido que mientras jugábamos a los juegos un balón descontrolado fue a parar a lo más alto de un árbol. Mientras M. Ana Rosa decía que se había acabado el juego porque estaba muy alto, un joven de la comunidad Ekunay, mostrando un alarde de valentía y peripecia y sin pensarlo dos veces, subió al árbol (en unos 15 segundos) y lo rescató, así que pudimos seguir jugando.
Después de comer, regreso a casa, la siesta de rigor y ¡¡¡para Las Piñas!!! Hoy contamos con la presencia de más chicos de Las Lajitas. Pasamos una tarde estupenda, jugamos al fútbol, voley, a la gallinita ciega, tirar de la cuerda y un montón de juegos más.
Después de los juegos, M. Ana Rosa, como cocinera de yucuta sustituta por causas de fuerza mayor (M. Yajaira tiene una gripe que le hemos tenido que dar la extrema unción, por si acaso), preparó la yucuta de forma magistral.
Ya llegados a casa, ducha y, como muchas noches, tocó cena fusión venezolana-española, es decir, embutido español y plátano sancochado con queso.
Luego mientras fregábamos los platos Mateo nos dio una clase teórica de cómo aplicar crema a las hemorroides, muy práctica.
Termina el día y, por lo tanto, comienzan a venir las nubes y a empezar a llover, así que nos vamos a dormir con el ruido de la lluvia de fondo.
