
Nuestro Fernando de Mena, nacido en Socuéllamos allá por el 1520, el mismo año que Hernán Cortés sufría la Noche Triste y los comuneros de Castilla se levantaban contra el rey Carlos I. Murió en Madrid en 1585 (65 años) y acabó con sus huesos, quiero decir que fue enterrado, en Medina de Ríoseco en la Iglesia de Santiago Apóstol.
Sería de una familia de posibles pues pudo disfrutar de una sólida educación en la Universidad de Alcalá, siendo colegial en el Colegio menor de la Madre de Dios, también conocido como el de los Teólogos. Alcanzó el grado de bachiller en 1540, licenciado en1543 y doctor en 1545 en Medicina. Su profundo conocimiento del latín y del griego le permitió traducir las obras de Galeno. Desde 1545 desempeñó la "cátedra de vísperas" (por la tarde) de Medicina, hasta que en 1553 sucedió a Diego de León como "catedrático de prima" (por la mañana) en la Universidad de Alcalá. En 1560 fue nombrado médico de cámara de Felipe II, puesto que desempeñó hasta su muerte. Intervino en la consulta de la caída del príncipe don Carlos en el 19 de abril de 1562, ocurrida mientras acudía a una cita clandestina con una muchacha, en la que al bajar por una escalera estrecha del palacio arzobispal se escurrió y rodó por los escalones hasta dar contra una puerta que estaba cerrada. Golpeándose muy fuerte en la cabeza. En las siguientes semanas el cuadro médico del príncipe fue de mal en peor, hasta el punto de que el 10 de mayo "no bastando los humanos remedios, le tuvieron por muerto". Desesperado, el rey accedió a que pusieran en su cama el cuerpo incorrupto de fray Diego de Alcalá, un franciscano fallecido un siglo antes en la ciudad. La posterior mejoría del príncipe se achacó al fraile evangelizador de Canarias, que fue canonizado seis años después.

Se casó con Catalina Romano, pero no llegó a tener hijos.
En 1568 fundó el Colegio menor de San Cosme y San Damián, conocido popularmente como "de Mena", destinado a sus parientes y a naturales de Socuéllamos y comarca. Todavía hoy queda el edificio en Alcalá.

Fernando de Mena falleció en 1585, por un gran cálculo renal, según cuenta su discípulo, el célebre Francisco Díaz (1527/1590) padre de la urología. Su sepulcro se localiza en Medina de Rioseco en la Iglesia de Santiago Apóstol, y se conserva su epitafio donde pone:
Reliquias Menae, celebris doctoris in orbe,
Sic locus exiguus, parva sepulcra tegunt.
Ossa, bonae vires magnas praebentia vitae,
Albida praegelida, cerne, teguntur humo.
En una traducción más que libre, libertina, viene a decir así:
Los restos de Mena, maestro famoso en el mundo,
bajo esta pequeña y estrecha tumba.
Sus huesos que una vez fueron fuertes y llenos de vida,
se ven pálidos y fríos, cubiertos por la tierra.

En un libro de 1839 aparece mencionado este epitafio, "RECUERDOS Y BELLEZAS DE ESPAÑA" con litografías de F. J. Parcerisa y textos de P. Piferrer.

En su patria chica se bautizó con el nombre de este insigne socuellamino el Instituto de Enseñanza Media y una calle.