El pasado 7 de junio se cumplieron 383 años del “Corpus de Sangre”. Transcurridos cerca de 400 años seguimos en un escenario y con unos personajes bastante parecidos. El escenario sigue siendo Cataluña (no vamos ahora a incluir al vasco); los personajes, los políticos actuales.
Los hechos, las causas y consecuencias vienen siendo fruto de debates y análisis por parte de historiadores hispanistas expertos en diferentes periodos de la Historia de España. Uno de esos debates tuvo lugar en la London School of Economics (febrero de 2018); donde dieron explicaciones y fechas sobre el surgimiento del nacionalismo catalán: 1640, 1714, 1923.
Como quiera que fuere, si bien en aquella “crisis de 1640” hubo focos de revueltas en otros puntos de la Península Ibérica y el sur de Italia, sería el catalán –aparte del portugués- el que más perjuicios acarrearía (1). Tal y como señaló en 1960 J. Elliot, en la rebelión de Els Segadors quedó de manifiesto “el absentismo de un rey (Felipe IV) envuelto en una guerra (de los Treinta Años) interminable”. Con todo, para este historiador, las claves del nacionalismo actual hay que situarlas en 1714. Un cambio de dinastía y la Guerra de Sucesión; dándose inicio, desde ese momento, una manipulación del pasado sin tregua y sin límites; desde el siglo IX hasta el franquismo. Es por ello, afirma, que la comparación de la España de Franco con la actual es ridícula.
Paul Preston, otro de los hispanistas que se dieron cita, considera el momento clave el 15 de septiembre de 1923 que, con el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera se promueve un centralismo causante de dos catalanismos; el ya existente de derecha (Lliga Regionalista o Foment del Treball) y el emergente de izquierdas de Acció Catalana y E.R.C. Algo callado es que buena parte de catalanes hablaron de aquel golpe de estado como “la única dulzura en tantos años de amargura”.
Se trata de la España de una “cultura de autocontemplación” según Felipe Fernández Armesto, para quien “no hay nacionalismo moderno”. Deberíamos mirar más a la auténtica Historia. Los personajes, los himnos.; toda la parafernalia simbólica sigue siendo la misma. La masa de segadores que se encontraban el Barcelona; Pau Claris, felón que desde la Generalidad se alió con Francia proclamando una república que duró una semana. Ahora “son otros perros con similares collares”. Ya sea desde Bélgica o desde su atalaya catalana, actúan igual.
Fueron diecinueve años y cinco meses; desde el 7 de junio de 1640 hasta el 7 de noviembre de de 1659. El comercio y la realidad a la altura de 1652, hicieron que muchos catalanes estuviesen “deseosos de volver”. La ausencia de aquel rey contrasta con la firme postura que, en su momento, tuvo el actual monarca. No podemos decir lo mismo del gobierno, los años que han pasado y los hechos acontecidos.
En fin, que faltan collares.
Benito Cantero Ruiz. Catedrático de Geografía e Historia y Doctor en Antropología
(1) No se será hasta 1718 y 1766 cuando tuvieron lugar las primeras revueltas en las provincias vascongadas; las machinadas. Movimientos sociales producidos por diversos motivos: económicos, políticos, sociales. Toman su nombres de San Martín (Machín), patrono de los ferrones o empleados de una ferrería, y solían enfrenta al estamento popular(campesinos y ferrones) con las grupos aristocráticos o con los representantes del poder real.