"Por el Cristo de la Vega" de Beatriz Espinosa

Poesía ganadora del XXXII Certamen Poético "Santísimo Cristo de la Vega"

Ha sucumbido el olvido

A los pies de la madera

Tallada en forma de cruz

Entre la muerte y la piedra.

Mueren silvestres los olivos

Donde rezaba su pena,

Donde se abrían entre luces

Estelas de nubes negras.

A los pies del laberinto,

Brotaba una rosa negra

Y robaron sus espinas

Para coronar tu condena.

Quiso el cielo abrir camino

Entre nubes de tormenta,

 Pues en tus manos traías paz

Y te pagaron con la guerra.

Guerra que de hambre muerde,

Y por muerte de sed destierra,

Aquel que prometió el perdón

Y enmascararon de miseria.

Baja de la cruz y dinos,

Que el hijo de Dios se ha ido

Pues los hijos de Adán se visten

Con armas negras de enemigos.

Lanza una señal y dinos,

¿Con qué ofrenda te vestimos?

Si el pasado quiso ataviarte

Tan solo de hiel y espino.

Ahora luchan en tu nombre,

Buscando ser bendecidos

Revertir los delitos que entonces

Probaron tu pan y tu vino.

Todos buscaron seguirte.

¿Pero quién podría alcanzarte?

 Si entre el cielo y el infierno,

No hay lugar para encontrarte.

Y no hay sin duda más razón.

Tan presente como el aire.

Que anuncia que sin mirar

Podemos verte en todas partes.

Por eso recorremos señor.

Cada año entre las calles.

Las imágenes de tu pasión

Entre figuras y caminantes.

Formar las cuerdas de la guitarra

Con los cabellos de tu linaje.

Para que escuches entre poemas

A tu coro y nuestra salve.

Se abre en el cielo un camino

Para quien te espera a su derecha

Y aunque no te dimos la paz

Nos salvaste de la guerra.

A los pies del laberinto

Amorosas las manos riegan.

Pues ya no nacen espinos

En las llamadas rosas negras.

Ahora renacen los olivos.

Donde aclamamos tu ofrenda

Ahora se abren entre luces.

Estelas de nubes bellas.

Solo quedó enterrado el olvido

A los pies de aquella madera

Tallada en forma de cruz

Orando un salve a la Tierra. /

Beatriz Espinosa Calleja
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