Santoral del 13 de octubre. Eduardo, Chelidonia, Florencio, Geraldo, Leobono, Lubencio, Rómulo, Simberto, Teófilo y Venancio.

- Publicidad -

13 de octubre, mes dedicado al Santo Rosario. Lunes de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario.

Hemos de felicitar a quien se llama Eduardo, Chelidonia, Florencio, Geraldo, Leobono, Lubencio, Rómulo, Simberto, Teófilo y Venancio.


Salmo

El Señor da a conocer su victoria


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

Palabra del Señor


San Eduardo III El Confesor, rey. Llega a ser rey a los cuarenta años, después de una larga, fecunda y sufrida existencia. Es la hora del heroísmo. No alimenta odio. Está lleno de nobleza y generosidad. Contrae matrimonio con Edith, hija del pernicioso, intrigante y hábil duque de Kent. Relega al olvido el pasado, perdona y no castiga. Se dedica a gobernar. A su madre, traidora a su padre, la recluye en un monasterio. Se entrega a buscar el bien de sus súbditos. De Normandía importa arte y cultura. Como su vida es austera, la Corona se enriquece y pueden limitarse los impuestos. Su dinero es el erario de los pobres. Dotó a iglesias y monasterios de los que Westminster es emblema. Hoy, a la distancia de casi diez siglos, aún Inglaterra llama a su Corona "de San Eduardo". Fue patrón de Inglaterra hasta ser substituído por San Jorge. (s. XI).

Santa Chelidonia de Abruzzo, virgen, que, como dice la tradición, durante cincuenta y dos años condujo vida solitaria y austera, dedicada únicamente a Dios. (s. XII).

San Florencio de Tesalónica, mártir, que, según la tradición, después de varios tormentos murió quemado vivo, (s. III).

San Geraldo de Cierges, que, siendo conde de Aurillac, fue un ejemplo para los demás príncipes por haber vivido como monje con hábito secular, procurando el bien de las regiones que tenía encomendadas. (s. X).

San Leobono de Salagnac eremita.

San Lubencio de Kobern, presbítero (s. IV).

San Rómulo, obispo de Génova, que, lleno de ardor apostólico, murió durante una visita pastoral (s. V).

San Simberto de Augsburgo obispo, que antes fue abad de Mürbach (s. IX).

San Teófilo de Antioquía, varón muy erudito, que ocupó esta sede como sexto sucesor de san Pedro y compuso un libro para defender la fe ortodoxa contra el hereje Marción (s. II).

San Venancio de Tours, abad, el cual, habiéndose casado en su juventud, al visitar la basílica de san Martín se conmovió ante la vida de los monjes y, con el permiso de su esposa, se juntó a ellos para vivir para Cristo (s. V).

- Publicidad -
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_img
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

MÁS NOTICIAS

Santoral del 13 de octubre. Eduardo, Chelidonia, Florencio, Geraldo, Leobono, Lubencio, Rómulo, Simberto, Teófilo y Venancio.

- Publicidad -

13 de octubre, mes dedicado al Santo Rosario. Lunes de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario.

Hemos de felicitar a quien se llama Eduardo, Chelidonia, Florencio, Geraldo, Leobono, Lubencio, Rómulo, Simberto, Teófilo y Venancio.


Salmo

El Señor da a conocer su victoria


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

Palabra del Señor


San Eduardo III El Confesor, rey. Llega a ser rey a los cuarenta años, después de una larga, fecunda y sufrida existencia. Es la hora del heroísmo. No alimenta odio. Está lleno de nobleza y generosidad. Contrae matrimonio con Edith, hija del pernicioso, intrigante y hábil duque de Kent. Relega al olvido el pasado, perdona y no castiga. Se dedica a gobernar. A su madre, traidora a su padre, la recluye en un monasterio. Se entrega a buscar el bien de sus súbditos. De Normandía importa arte y cultura. Como su vida es austera, la Corona se enriquece y pueden limitarse los impuestos. Su dinero es el erario de los pobres. Dotó a iglesias y monasterios de los que Westminster es emblema. Hoy, a la distancia de casi diez siglos, aún Inglaterra llama a su Corona "de San Eduardo". Fue patrón de Inglaterra hasta ser substituído por San Jorge. (s. XI).

Santa Chelidonia de Abruzzo, virgen, que, como dice la tradición, durante cincuenta y dos años condujo vida solitaria y austera, dedicada únicamente a Dios. (s. XII).

San Florencio de Tesalónica, mártir, que, según la tradición, después de varios tormentos murió quemado vivo, (s. III).

San Geraldo de Cierges, que, siendo conde de Aurillac, fue un ejemplo para los demás príncipes por haber vivido como monje con hábito secular, procurando el bien de las regiones que tenía encomendadas. (s. X).

San Leobono de Salagnac eremita.

San Lubencio de Kobern, presbítero (s. IV).

San Rómulo, obispo de Génova, que, lleno de ardor apostólico, murió durante una visita pastoral (s. V).

San Simberto de Augsburgo obispo, que antes fue abad de Mürbach (s. IX).

San Teófilo de Antioquía, varón muy erudito, que ocupó esta sede como sexto sucesor de san Pedro y compuso un libro para defender la fe ortodoxa contra el hereje Marción (s. II).

San Venancio de Tours, abad, el cual, habiéndose casado en su juventud, al visitar la basílica de san Martín se conmovió ante la vida de los monjes y, con el permiso de su esposa, se juntó a ellos para vivir para Cristo (s. V).

- Publicidad -

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

MÁS NOTICIAS

client-image