24 de octubre. Mes del Santo Rosario. Viernes de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario.
Felicitamos a los que se llaman: Antonio María, Aretas, Evergisto, Fromundo, José, Maglorio, Martín, Proclo y Senoco.
Salmo
Instrúyeme, Señor, en tus leyes
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,54-59):
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»
Palabra del Señor
San Antonio María Claret. Nació en 1807 en Sallent (Barcelona, España). Se ordenó sacerdote y ejerció su ministerio con gran celo por toda Cataluña. Fundó la Congregación de los Misioneros del Corazón de María, conocidos popularmente como claretianos. Fue nombrado arzobispo de Cuba y después confesor de la reina Isabel II. Sufrió atentados físicos y muchas contradicciones que supo soportar con gran visión sobrenatural. Murió en 1870, en su exilio de Francia. (s. XIX).
San Aretas y compañeros. En la ciudad de Nagrán, en Arabia, martirio de los santos Aretas, príncipe de la ciudad, y trescientos cuarenta compañeros, que, en tiempo del emperador Justino, fueron asesinados por Du Nuwas, rey de los himyaritas. (s. VI).
San Evergisto de Tongres obispo y mártir, que en el ejercicio de su misión pastoral, mientras se dirigía a Poitiers, fue asesinado por unos malhechores (s. VI).
San Fromundo de Coutances obispo, que fundó el monasterio de monjas de Ham y ejerció sus funciones pastorales movido por el amor de Dios. (s. VII).
San José Le Dang Thi mártir, militar en Hué fue encarcelado por ser cristiano y en medio de los tormentos a que le sometieron no cedió en su fe, dando testimonio ante sus compañeros de prisión, por lo que acabó estrangulado en tiempo del emperador Tu Duc. (s. XIX).
San Maglorio de Dol discípulo de san Iltuto, sucedió a san Sansón (sic) como obispo de Dol y después llevó vida solitaria en la isla de Serk, según cuenta la tradición. (s. VII).
San Martín de Vertou diácono y abad, al que san Félix, obispo de Nantes, envió para convertir a los paganos de la región (s. VI).
San Proclo de Constantinopla obispo, proclamó insistentemente a la Virgen María como Madre de Dios, dispuso el solemne retorno de los restos de san Juan Crisóstomo a esta ciudad y, en el Concilio Ecuménico de Calcedonia, mereció ser llamado “Grande”. (s. V).
San Senoco de Tours, presbítero, que construyó un monasterio en unas antiguas ruinas, mostrándose asiduo a las vigilias, a la oración y a la caridad hacia los siervos. (s VI)




























