Santoral del 4 de diciembre. Bárbara, Juan, Ada, Annon, Apro, Bernardo, Bertoaria, Félix, Heracles, Marutas, Melecio, Osmundo, Sigiramnio y Sola.

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4 de diciembre. Miércoles de la I Semana de Adviento.

Este día viene cargado de nombres raros, peculiares y singulares. Felicitamos las personas que fueron bautizadas como: Bárbara, Juan, Ada, Annon, Apro, Bernardo, Bertoaria, Félix, Heracles, Marutas, Melecio, Osmundo, Sigiramnio y Sola.

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (25,6-10a):

EN aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre a todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo
—lo ha dicho el Señor—.
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Este es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».

Palabra de Dios

Salmo: Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (15,29-37):

EN aquel tiempo, Jesús, se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

Palabra del Señor.

Santa Bárbara de Nicomedia virgen y mártir en el siglo III o IV.

San Juan Damasceno. Nacido en Damasco en el año 675, renunció a la vida acomodada que le proporcionaba el cargo político de su padre en entró en el monasterio de Sabas. De allí pasará a Jerusalén a la iglesia del Santo Sepulcro. En ambos lugares destaca por su intensa actividad literaria, que podría compararse con San Isidoro de Sevilla en Occidente. Destacó en la querella iconoclasta, una de las veces que se intentó eliminar la iconografía cristiana, con una defensa del culto tradicional explicando la verdadera naturaleza del homenaje que se les rendía a las imágenes que llegó a todo el orbe conocido. La Iglesia lo recuerda el 4 de Diciembre, aunque en muchos sitios se mantiene la fecha tradicional antigua de festejarlo el 27 de Marzo.(s. VII)

Santa Ada abadesa del monasterio de Santa María, murió hacia el año 692. (s. VII).

San Annon de Colonia obispo, hombre de agudo ingenio, que fue tenido en gran honor, tanto en la Iglesia como en los negocios civiles, en tiempo del emperador Enrique IV, y para aumentar la fe y la devoción, procuró la fundación de muchas iglesias y monasterios. (s. XI)

San Apro presbítero, el cual, abandonando su patria, se construyó una celda en donde llevó una vida solitaria y penitente en el siglo VII.

San Bernardo obispo y cardenal el cual, siendo monje, se aplicó a una vida de perfección, y después, como cardenal, buscó el bien de la Iglesia, para, finalmente, ya obispo, procurar la salvación de las almas. (s. XII).

San Bertoaria (masculino).

San Félix obispo que fue diácono de la Iglesia de Milán con san Ambrosio. Murió el año 431 o el 432. (s. V).

San Heracles. En Alejandría, en Egipto, san Heracles, obispo, famoso como discípulo de Orígenes, de quien fue colaborador y sucesor en la escuela, y elegido después para regir esta sede (s. III).

San Juan Calabria presbítero, quien fundó la Congregación de Pobres Siervos y Siervas de la Divina Providencia. (s. XX)

San Juan Taumaturgo obispo que, contra el dictamen del emperador León el Armenio, trabajó intensamente en favor del culto de las sagradas imágenes en el siglo IX.

San Marutas. Este santo prelado fue un ilustre Padre de la Iglesia siria de fines del siglo IV. Era obispo de Maiferkat, que se encuentra entre el Tigris y el Lago Van, cerca de la frontera de Persia. El santo reunió las "actas" de los mártires que sufrieron ahí durante la persecución de Sapor, y trasladó a su diócesis tal cantidad de reliquias, que la ciudad episcopal acabó por llamarse Martirópolis. Todavía conserva ese nombre y es una sede titular. (s. V).

San Melecio obispo, el cual, aunque ya famoso por su erudición, fue aún más famoso por su virtud y sencillez de vida (s. IV).

San Osmundo obispo, que junto con el rey Guillermo se trasladó de Normandía a Inglaterra y, promovido enseguida al episcopado, consagró la iglesia catedral, proveyendo a la administración de la sede y al culto divino. (s. XI)

San Sigiramnio peregrino y abad de Longoret (s. VII).

San Sola (masculino) presbítero y eremita. (s. VIII)

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4 de diciembre. Miércoles de la I Semana de Adviento.

Este día viene cargado de nombres raros, peculiares y singulares. Felicitamos las personas que fueron bautizadas como: Bárbara, Juan, Ada, Annon, Apro, Bernardo, Bertoaria, Félix, Heracles, Marutas, Melecio, Osmundo, Sigiramnio y Sola.

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (25,6-10a):

EN aquel día, preparará el Señor del universo para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre a todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo
—lo ha dicho el Señor—.
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Este es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».

Palabra de Dios

Salmo: Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo (15,29-37):

EN aquel tiempo, Jesús, se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

Palabra del Señor.

Santa Bárbara de Nicomedia virgen y mártir en el siglo III o IV.

San Juan Damasceno. Nacido en Damasco en el año 675, renunció a la vida acomodada que le proporcionaba el cargo político de su padre en entró en el monasterio de Sabas. De allí pasará a Jerusalén a la iglesia del Santo Sepulcro. En ambos lugares destaca por su intensa actividad literaria, que podría compararse con San Isidoro de Sevilla en Occidente. Destacó en la querella iconoclasta, una de las veces que se intentó eliminar la iconografía cristiana, con una defensa del culto tradicional explicando la verdadera naturaleza del homenaje que se les rendía a las imágenes que llegó a todo el orbe conocido. La Iglesia lo recuerda el 4 de Diciembre, aunque en muchos sitios se mantiene la fecha tradicional antigua de festejarlo el 27 de Marzo.(s. VII)

Santa Ada abadesa del monasterio de Santa María, murió hacia el año 692. (s. VII).

San Annon de Colonia obispo, hombre de agudo ingenio, que fue tenido en gran honor, tanto en la Iglesia como en los negocios civiles, en tiempo del emperador Enrique IV, y para aumentar la fe y la devoción, procuró la fundación de muchas iglesias y monasterios. (s. XI)

San Apro presbítero, el cual, abandonando su patria, se construyó una celda en donde llevó una vida solitaria y penitente en el siglo VII.

San Bernardo obispo y cardenal el cual, siendo monje, se aplicó a una vida de perfección, y después, como cardenal, buscó el bien de la Iglesia, para, finalmente, ya obispo, procurar la salvación de las almas. (s. XII).

San Bertoaria (masculino).

San Félix obispo que fue diácono de la Iglesia de Milán con san Ambrosio. Murió el año 431 o el 432. (s. V).

San Heracles. En Alejandría, en Egipto, san Heracles, obispo, famoso como discípulo de Orígenes, de quien fue colaborador y sucesor en la escuela, y elegido después para regir esta sede (s. III).

San Juan Calabria presbítero, quien fundó la Congregación de Pobres Siervos y Siervas de la Divina Providencia. (s. XX)

San Juan Taumaturgo obispo que, contra el dictamen del emperador León el Armenio, trabajó intensamente en favor del culto de las sagradas imágenes en el siglo IX.

San Marutas. Este santo prelado fue un ilustre Padre de la Iglesia siria de fines del siglo IV. Era obispo de Maiferkat, que se encuentra entre el Tigris y el Lago Van, cerca de la frontera de Persia. El santo reunió las "actas" de los mártires que sufrieron ahí durante la persecución de Sapor, y trasladó a su diócesis tal cantidad de reliquias, que la ciudad episcopal acabó por llamarse Martirópolis. Todavía conserva ese nombre y es una sede titular. (s. V).

San Melecio obispo, el cual, aunque ya famoso por su erudición, fue aún más famoso por su virtud y sencillez de vida (s. IV).

San Osmundo obispo, que junto con el rey Guillermo se trasladó de Normandía a Inglaterra y, promovido enseguida al episcopado, consagró la iglesia catedral, proveyendo a la administración de la sede y al culto divino. (s. XI)

San Sigiramnio peregrino y abad de Longoret (s. VII).

San Sola (masculino) presbítero y eremita. (s. VIII)

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