A lo largo de este viernes, la Cofradía de Jesús Nazareno celebra su tradicional besapiés en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Como cada año, los socuellaminos vuelven a demostrar la gran devoción que hay en este pueblo hacia la imagen de Jesús Nazareno, acudiendo por centenares a lo largo del día a cumplir con esta antigua tradición.
Como es habitual, la mayor parte de la gente se concentra a lo largo de la tarde, en la que se forman largas colas. Además de besar los pies del Nazareno, es costumbre pedir tres gracias al señor con la esperanza de que se vean cumplidas.
La imagen del Nazareno que existe en Socuéllamos es copia de la que hay en Madrid, conocida como Jesús de Medinaceli y representa el momento en el que Jesús es presentado al pueblo por Poncio Pilatos. Esta imagen cuenta con una gran devoción en Socuéllamos que fue traída por los frailes trinitarios del convento de Socuéllamos.
El Convento de Frailes Trinitarios de Socuéllamos fue fundado en 1601 por San Juan Bautista de la Concepción, reformador de la Orden, con autorización del Papa Clemente VIII. El Convento tuvo su máximo esplendor durante los siglos XVII y XVIII, con una comunidad de frailes entre 15 y 20, y que colaboraban permanentemente con la Parroquia de la Asunción de Socuéllamos en la prestación de servicios religiosos. A partir del año 1800, el Convento poco a poco fue en declive, por reducción de frailes y dificultades para el mantenimiento del edificio y su complejo. En 1835, con la desamortización de Mendizábal, al igual que otros muchos bienes de la Iglesia, el Convento de Socuéllamos pasó a manos del Estado que lo vendió a particulares, conservándose hoy en día el Pósito-Almacén y la fachada de la Capilla del mismo.






