14 de diciembre. Sábado de la II Semana de Adviento.
Hoy es el día de san Juan de la Cruz y san Ateo, sería de justicia poética que este último fuera patrón de aquellos que negando a Dios, en su interior creen en Él.
Felicidades a los que fueron bautizados con el nombre: Juan, Agnelo, Ares, Promo, Elías, Herónes, Ateo, Isidoro, Dióscoro, Dróside, Folcuino, Folenino, Matroniano, Nicasio, Pompeyo, Tirso, Leucio, Calínico y Venancio Fortunato.
Primera Lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (48,1-4.9-11):
EN aquellos días, surgió el profeta Elías como un fuego,
sus palabras quemaban como antorcha.
Él hizo venir sobre ellos hambre,
y con su celo los diezmó.
Por la palabra del Señor cerró los cielos
y también hizo caer fuego tres veces.
¡Qué glorioso fuiste, Elías, con tus portentos!
¿Quién puede gloriarse de ser como tú?
Fuiste arrebatado en un torbellino ardiente,
en un carro de caballos de fuego;
tú fuiste designado para reprochar los tiempos futuros,
para aplacar la ira antes de que estallara,
para reconciliar a los padres con los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
Dichosos los que te vieron
y se durmieron en el amor.
Palabra de Dios
Salmo
Oh Dios, restáuranos,que brille tu rostro y nos salve.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,10-13):
CUANDO bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
Palabra del Señor
San Juan de la Cruz
Nació en 1542 en la provincia de Ávila (España). Tras la muerte de su padre, la familia debe emigrar a Medina del Campo. Entra en el Colegio de la Doctrina, siendo acólito de las Agustinas de la Magdalena, donde le conoció don Alonso Álvarez de Toledo quien lo colocó en el hospital de la Concepción y le costea los estudios para sacerdote. Los jesuitas fundan en 1551 su colegio y allí estudió Humanidades. En 1567 lo ordenaron sacerdote. Entonces tiene lugar el encuentro fortuito con la madre Teresa en las casas de Blas Medina. Inicia su vida de carmelita descalzo en Duruelo y ahora cambia de nombre, adoptando el de Juan de la Cruz. Pasa año y medio de austeridad, alegría, oración y silencio en casa pobre entre las encinas. Luego, la expansión es inevitable; reclaman su presencia en Mancera, Pastrana y el colegio de estudios de Alcalá; ha comenzado la siembra del espíritu carmelitano. La monja Teresa quiere y busca confesores doctos para sus monjas; ahora dispone de confesores descalzos que entienden -porque lo viven- el mismo espíritu. Por cinco años es Juan el confesor del convento de la Encarnación de Ávila. La confianza que la reformadora tiene en el reformador -aunque posiblemente no llegó a conocer toda la hondura de su alma- se verá de manifiesto en las expresiones que emplea para referirse a él; le llamará "senequita" para referirse a su ciencia, "santico de fray Juan" al hablar de su santidad, previendo que "sus huesecicos harán milagros". Morirá en 1591.
San Agnelo abad del monasterio de san Gaudioso (s. VI).
San Ares, san Promo y san Elías los cuales, al querer marchar de Egipto a Cilicia para visitar y ayudar a los confesores de Cristo en la persecución desencadenada por el emperador Maximino, fueron apresados en Cesarea, les destrozaron los ojos y los pies, y fueron llevados a Ascalón por mandato del prefecto Firmiliano, donde Ares fue quemado vivo y los otros degollados, consumando así su martirio. (s. IV).
San Ateo, san Herón, san Isidoro y san Dióscoro (este era un niño de 12 años) mártires durante la persecución bajo Decio. Cuando el juez vio a los tres primeros fuertes en la fe y destrozados por los varios tormentos, los mandó quemar, pero a san Dióscoro, flagelado, le diferió la muerte. (s. III).
Santa Dróside mártir en Antioquía, Siria, que, como afirma san Juan Crisóstomo, fue quemada viva. (s. III/IV).
San Folcuino obispo de Thérouanne. (s. IX).
San Folenino obispo.
San Matroniano ermitaño.
San Nicasio obispo, que, ante la puerta de la basílica que había edificado, fue asesinado junto con su hermana Eutropia, virgen consagrada a Cristo, Florencio, diácono, y Jocundo, por unos paganos que irrumpieron violentamente. (s. V).
San Pompeyo obispo, el cual, por pocos pero pacíficos años, sucedió a san Ciro, y descansó en el Señor. (s. IV).
Santos Tirso, Leucio, Calínico y compañeros, mártires, los cuales, según se dice, en tiempo del emperador Decio sufrieron el sacrificio. (s. III).
San Venancio Fortunato obispo, que escribió las gestas de muchos santos y con elegantes himnos honró la santa Cruz. (s. VII).