Santoral del 5 de junio. Eoban, Adelario, Vintrungo, Gualterio, Amundo, Sevibaldo, Bosa, Vacaro, Gundecaro, Eluro, Atevulfo, Bonifacio, Doroteo, Eutiquio, Franco, Ilidio y Pedro.

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5 de junio. Mes del Sagrado Corazón de Jesús. Jueves de la VII Semana de Pascua.

Felicidades a los que se llaman Eoban, Adelario, Vintrungo, Gualterio, Amundo, Sevibaldo, Bosa, Vacaro, Gundecaro, Eluro, Atevulfo, Bonifacio, Doroteo, Eutiquio, Franco, Ilidio y Pedro.


Salmo

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»

Palabra del Señor


San Bonifacio de Crediton obispo y mártir, que era monje en Inglaterra con el nombre de Wifrido por el bautismo, pero, llegado a Roma, el papa san Gregorio II le ordenó obispo, cambiándoselo a Bonifacio y enviándolo a Germania para anunciar a aquellos pueblos la fe de Cristo, donde logró ganar para la religión cristiana a mucha gente. Rigió la sede de Maguncia y hacia el final de su vida, al visitar a los frisios, en Dokkum fue asesinado por los paganos, consumando así su martirio. (s. VIII).

San Doroteo de Tiro obispo, que siendo aún presbítero, padeció mucho bajo el emperador Diocleciano, y en tiempo del emperador Juliano, con más de ciento siete años de edad, honró su ancianidad con el martirio, que consumó en Odyssopolis (Varna), Tracia (actual Bulgaria) (s. IV).

Santos Eoban y compañeros En Dokkum, en Frisia, santos Eoban, obispo, Adelario y nueve compañeros, que, junto con san Bonifacio, terminaron su vida con el martirio. Sus nombres: Vintrungo y Gualterio, presbíteros; Amundo, Sevibaldo y Bosa, diáconos; Vacaro. Gundecaro, Eluro y Atevulfo, monjes. (s. VIII).

San Eutiquio de Como obispo, insigne por su vida de oración, su amor a Dios y a la soledad. (s. VI)

San Franco de Assergi eremita, quien se construyó una celda en una cueva entre los abruptos montes Sabinos para huir de los visitantes, y se quedó en la localidad cercana de Assergi, más agreste, donde, según la leyenda, una osa con tres oseznos lo guió a una gruta y durante mucho tiempo le hizo compañía. En las fiestas principales del año se acercaba a Assergi para recibir la Comunión, quizás en la iglesia de Santa Maria en Silice.Aquí sucedió el episodio en el que salvó a un niño de las fauces de un lobo.(s. XII).

San Ilidio de Arvernia obispo, quien, llamado por el emperador a Tréveris para liberar a su hija de un espíritu inmundo, falleció al regreso del viaje. (s.IV).

San Pedro Spanò (Spina), eremita, célebre por su pobreza y compunción (s. XII).

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Santoral del 5 de junio. Eoban, Adelario, Vintrungo, Gualterio, Amundo, Sevibaldo, Bosa, Vacaro, Gundecaro, Eluro, Atevulfo, Bonifacio, Doroteo, Eutiquio, Franco, Ilidio y Pedro.

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5 de junio. Mes del Sagrado Corazón de Jesús. Jueves de la VII Semana de Pascua.

Felicidades a los que se llaman Eoban, Adelario, Vintrungo, Gualterio, Amundo, Sevibaldo, Bosa, Vacaro, Gundecaro, Eluro, Atevulfo, Bonifacio, Doroteo, Eutiquio, Franco, Ilidio y Pedro.


Salmo

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»

Palabra del Señor


San Bonifacio de Crediton obispo y mártir, que era monje en Inglaterra con el nombre de Wifrido por el bautismo, pero, llegado a Roma, el papa san Gregorio II le ordenó obispo, cambiándoselo a Bonifacio y enviándolo a Germania para anunciar a aquellos pueblos la fe de Cristo, donde logró ganar para la religión cristiana a mucha gente. Rigió la sede de Maguncia y hacia el final de su vida, al visitar a los frisios, en Dokkum fue asesinado por los paganos, consumando así su martirio. (s. VIII).

San Doroteo de Tiro obispo, que siendo aún presbítero, padeció mucho bajo el emperador Diocleciano, y en tiempo del emperador Juliano, con más de ciento siete años de edad, honró su ancianidad con el martirio, que consumó en Odyssopolis (Varna), Tracia (actual Bulgaria) (s. IV).

Santos Eoban y compañeros En Dokkum, en Frisia, santos Eoban, obispo, Adelario y nueve compañeros, que, junto con san Bonifacio, terminaron su vida con el martirio. Sus nombres: Vintrungo y Gualterio, presbíteros; Amundo, Sevibaldo y Bosa, diáconos; Vacaro. Gundecaro, Eluro y Atevulfo, monjes. (s. VIII).

San Eutiquio de Como obispo, insigne por su vida de oración, su amor a Dios y a la soledad. (s. VI)

San Franco de Assergi eremita, quien se construyó una celda en una cueva entre los abruptos montes Sabinos para huir de los visitantes, y se quedó en la localidad cercana de Assergi, más agreste, donde, según la leyenda, una osa con tres oseznos lo guió a una gruta y durante mucho tiempo le hizo compañía. En las fiestas principales del año se acercaba a Assergi para recibir la Comunión, quizás en la iglesia de Santa Maria en Silice.Aquí sucedió el episodio en el que salvó a un niño de las fauces de un lobo.(s. XII).

San Ilidio de Arvernia obispo, quien, llamado por el emperador a Tréveris para liberar a su hija de un espíritu inmundo, falleció al regreso del viaje. (s.IV).

San Pedro Spanò (Spina), eremita, célebre por su pobreza y compunción (s. XII).

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