Gran noche de teatro clásico la vivida en la tercera jornada de la Muestra gracias a la compañía puertollanense Tumbalobos Teatro. El sello de Lope de Vega atrajo a más espectadores y el "Reina Sofía" registró la mejor entrada de estos días de farsas con motivo de la Festividad de Todos los Santos.
El Fénix de los Ingenios no defrauda, pese a la osadía de David Fernández “Fabu” de usar los personajes de Lope para reflexionar y revelarse ante su destino (ante el maltrato o la homosexualidad, por ejemplo) en ese cargante revisionismo del arte con ojos del siglo XXI.
El texto de Félix Lope de Vega refleja la sociedad del siglo XVII y no hay que justificarlo, aunque hay que reconocer que las apostillas eran brillantes y en ciertos momentos desconcertaban al espectador que no sabía si el verso era de Lope o de Fernández.
Los aplausos a lo largo de la función y las risas constantes son el mejor aval para una producción con la garantía de uno de los mejores textos del Siglo de Oro español apuntalado por excelentes interpretaciones de un texto nada fácil, el cual se entiende perfectamente gracias a una plausible declamación. La función es ágil, entretenida, divertida. Te congracia con el teatro.
Bajo la estimable dirección de Ana Vélez; María Crespo se convirtió en Lucrecia la doblemente malcasada por dinero; la madre que mercadea con su hija fue Alicia Rodríguez; al eterno enamorado de Lucrecia don Juan lo interpretó Rubén Riera; José Carlos Fernández encarnó al amanerado pretendiente Lisandro y también a los dos contrahechos maridos de Lucrecia; Carlos Arroyo se convirtió en el enamorado criado de Lisandro; Nerea Moreno fue la descarada ama de Lucrecia; y al criado de don Juan, Hernando, lo interpretó David Fernández “Fabu”.
Obra de esta noche
La última obra para adultos de la Muestra será “Un día feliz” de la Compañía Che y Moche. Un montaje musical con Tereza Polyvka al violín, Joaquín Murillo al saxofón, Kike Lera a la guitarra, y Sergio Domínguez en la percusión.
Esta compañía ya interpretó en Socuéllamos “El funeral”, y ahora trae otra obra nada convencional. Una divertida historia de fantasmas, de tres generaciones de músicos eslavos en un viaje entre lo real y lo mágico. Humor, teatro gestual, improvisación y música zíngara en directo son los elementos de un espectáculo multidisciplinar, arriesgado y original. /






















