El pasado martes, don Gerardo Melgar Viciosa, obispo de Ciudad Real, presidió su última misa en la Catedral antes de dejar paso al nuevo pastor de la diócesis, Monseñor Abilio Martínez Varea, hasta ahora obispo de Osma-Soria. Melgar, que se retira por motivos de edad y pasará a ser obispo emérito, cierra así casi diez años de servicio en la provincia.
La celebración, acompañada por los cantos de la Coral Diocesana, reunió a numerosas autoridades civiles y religiosas, entre ellas el obispo de Albacete, Ángel Román Idígoras, el duque de Calabria y el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares. También estuvieron presentes concejales, representantes de las Fuerzas de Seguridad, cerca de un centenar de sacerdotes, seminaristas y muchos fieles que llenaron el templo.
Durante la homilía, Melgar expresó su gratitud por esta etapa de casi una década en la diócesis, asegurando que la concluye con “satisfacción y alegría” después de unos años que definió como de entrega, dificultades, pero también de esperanza y crecimiento. Destacó que como pastor ha tenido que “ir delante, en medio y al final del rebaño” para acompañar a todos en sus diferentes necesidades.
Asimismo, subrayó que en estos años “hemos compartido ilusión, trabajo y compromiso”, agradeciendo la colaboración de sacerdotes, religiosos y laicos en la tarea evangelizadora. Reconoció que todo lo logrado ha sido posible gracias a Dios y pidió perdón si en algún momento no cumplió con las expectativas de los fieles.
Con este gesto, don Gerardo Melgar se despide oficialmente de la diócesis tras más de nueve años de ministerio en Ciudad Real, dejando paso a una nueva etapa que comenzará este sábado con la llegada de Monseñor Abilio Martínez Varea.



