Inquietante situación de Las Tablas de Daimiel .

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El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel vuelve a ocupar titulares debido a la complicada situación que enfrenta, un problema que, lejos de ser nuevo, se ha convertido en una constante.

La realidad actual del humedal dista mucho de lo que establece su Plan Rector, que estipula que el parque debería contar con al menos 1.400 hectáreas inundadas al inicio de la primavera y 600 al final del verano. Sin embargo, hoy solo unas 62 hectáreas contienen agua, pese a la mejoría que se observó la primavera pasada, que finalmente se reveló como un mero espejismo.

La crítica situación ha obligado a los responsables del parque a activar los pozos de emergencia para prevenir incendios subterráneos en las turberas, agravados por la persistente ausencia de lluvias que impide la inundación natural del humedal.

Actualmente, Las Tablas de Daimiel dispone de una concesión anual de 2,4 hm³ de aguas subterráneas, además de una autorización extraordinaria de 10 hm³ en caso de necesidad urgente. Ante esta nueva crisis, los pozos comenzaron a funcionar el pasado jueves, 26 de diciembre de 2024, bombeando agua hacia las áreas más vulnerables del humedal para mitigar el riesgo de incendios en las turberas.

Las turberas, un peligro para Las Tablas.

Las turberas son ecosistemas húmedos formados por la acumulación de materia orgánica en descomposición, que da lugar a una capa de turba rica en carbono y altamente inflamable. Cuando esta capa se seca, ya sea por causas naturales o humanas, queda expuesta al riesgo de combustión, iniciada por rayos u otras fuentes de ignición.

En el caso de Las Tablas de Daimiel, la sequía crónica incrementa la vulnerabilidad de las turberas, favoreciendo los incendios. El cambio climático y las actividades humanas en la región agravan aún más esta problemática. Las consecuencias de estos incendios son devastadoras para el parque y su entorno ocasionando pérdida de biodiversidad, emisión de gases de efecto invernadero, degradación del suelo y contaminación hídrica.

Los pozos de emergencia se hacen como una medida temporal para mitigar el impacto de la sequía, así. La batería de sondeos instalada en Las Tablas de Daimiel consiste en un sistema de pozos que extraen agua subterránea para mantener el nivel hídrico del humedal. Esta solución, aunque temporal, se implementa para enfrentar la escasez de agua y los riesgos asociados, especialmente los incendios de turberas.

El uso de estos pozos no es una solución definitiva, pero resulta esencial para proteger el ecosistema mientras se buscan medidas más sostenibles que aseguren la supervivencia de este valioso enclave natural.

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La crítica situación ha obligado a los responsables del parque a activar los pozos de emergencia para prevenir incendios subterráneos en las turberas, agravados por la persistente ausencia de lluvias que impide la inundación natural del humedal.

Actualmente, Las Tablas de Daimiel dispone de una concesión anual de 2,4 hm³ de aguas subterráneas, además de una autorización extraordinaria de 10 hm³ en caso de necesidad urgente. Ante esta nueva crisis, los pozos comenzaron a funcionar el pasado jueves, 26 de diciembre de 2024, bombeando agua hacia las áreas más vulnerables del humedal para mitigar el riesgo de incendios en las turberas.

Las turberas, un peligro para Las Tablas.

Las turberas son ecosistemas húmedos formados por la acumulación de materia orgánica en descomposición, que da lugar a una capa de turba rica en carbono y altamente inflamable. Cuando esta capa se seca, ya sea por causas naturales o humanas, queda expuesta al riesgo de combustión, iniciada por rayos u otras fuentes de ignición.

En el caso de Las Tablas de Daimiel, la sequía crónica incrementa la vulnerabilidad de las turberas, favoreciendo los incendios. El cambio climático y las actividades humanas en la región agravan aún más esta problemática. Las consecuencias de estos incendios son devastadoras para el parque y su entorno ocasionando pérdida de biodiversidad, emisión de gases de efecto invernadero, degradación del suelo y contaminación hídrica.

Los pozos de emergencia se hacen como una medida temporal para mitigar el impacto de la sequía, así. La batería de sondeos instalada en Las Tablas de Daimiel consiste en un sistema de pozos que extraen agua subterránea para mantener el nivel hídrico del humedal. Esta solución, aunque temporal, se implementa para enfrentar la escasez de agua y los riesgos asociados, especialmente los incendios de turberas.

El uso de estos pozos no es una solución definitiva, pero resulta esencial para proteger el ecosistema mientras se buscan medidas más sostenibles que aseguren la supervivencia de este valioso enclave natural.

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