1 de octubre. Mes dedicado al Rosario. Miércoles de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario. Día de Santa Teresita de Lisieux virgen y doctora de la Iglesia.
Que no se nos olvide felicitar a los que llevan por nombre: Bavón, Geraldo, Nicecio, Piatón,
Wasnulfo, Romano y Teresa (de Lisieux).
Salmo
Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,57-62):
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»
Palabra del Señor
Santa Teresita del Niño Jesús, o Teresa de Lisieux, (no confundir con nuestra Teresa de Jesús).
Era francesa, nacida en Normandía en una familia muy piadosa, la familia Martin. El hogar de los Martin era un verdadero jardín de virtudes. Amaban sinceramente a cada una de sus hijas aunque no toleraban ninguna clase de mal comportamiento y lo corregían al instante. La fe cristiana era el sustento familiar. Cuando no estaban en la iglesia como familia, celebraban las fiestas religiosas y rezaban el rosario en casa como familia. Ya a muy temprana edad Teresa asistía junto a su familia a misa cada día a las 5:30 de la mañana. La familia Martin ayunaba y oraba estrictamente siguiendo el ritmo del año litúrgico. También practicaban la caridad y de vez en cuando invitaban a algún pobre a su mesa; visitaban a los enfermos y los ancianos. Las niñas crecieron viendo en sus padres, dos grandes modelos de santidad.
Tanto es así que los padres de Teresa también fueron canonizados, además, tres de sus hermanas también profesaron como carmelitas y Léonie como visitandina, esta última también con proceso de canonización abierto.
El libro más famoso de Teresa de Lisieux es Historia de un Alma.
San Bavón de Gante, monje, que, discípulo de san Amando, dejó la vida seglar, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en el monasterio fundado en esta ciudad (s. VII).
San Geraldo Edwards, presbítero y mártir, en cual fue ordenado en Francia y, al regresar a su patria, en la persecución durante el reinado de Isabel I, después de un largo encarcelamiento consumó su martirio en el patíbulo. Con él fueron martirizados los presbíteros beatos Roberto Wilcox y Cristóbal Buxton, por su condición sacerdotal, y el beato Roberto Widmerpool, por ayudar a un sacerdote. (s. XVI).
San Nicecio de Tréveris, obispo, que, según el testimonio de san Gregorio de Tours, era fuerte en la predicación, terrible en la argumentación, constante en la enseñanza, y sufrió el destierro bajo Clotario, rey de los francos. (s. VI)
San Piatón de Seclin, presbítero, que es venerado como evangelizador de Tournai y mártir (s. III/IV).
San Romano el Melodo, diácono, que fue apellidado Melodo por su sublime pericia artística en componer himnos eclesiásticos en honor del Señor y de los santos (s. V).
San Wasnulfo, monje, nacido en Escocia (s. VII).