21 de noviembre. Mes dedicado a la oración por las santas almas del Purgatorio. Viernes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
Felicitamos a los bautizados con el nombre de: (“Presenta”) Presentación, Agapio, Alberto, Gelasio, Marino/Mauro y Rufo.
Salmo
Alabamos, Señor, tu nombre glorioso
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,45-48):
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: «Mi casa es casa de oración»; pero vosotros la habéis convertido en una «cueva de bandidos.»»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra del Señor
Presentación de Santa María Virgen.
Se celebra la dedicación que de sí misma hizo a Dios la futura Madre del Señor, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su Concepción Inmaculada.
San Agapio de Cesarea mártir. Fue martirizado con frecuencia, siempre dejado vivo para mayores pruebas, en presencia del emperador Maximino, durante los juegos del anfiteatro fue echado a un oso para que lo devorara y como aún quedó con vida al día siguiente le ataron piedras en los pies y lo echaron al mar. Siglo IV.
San Alberto de Lieja obispo. Hijo de condes y natural de Lovaina, abrazó el estado clerical. Nombrado obispo de Lieja, defendió los intereses pontificios contra el emperador simoníaco Enrique VI. Furioso éste, envió a unos sicarios para que le asesinasen. Siglo XII.
San Gelasio I papa. Para que la autoridad imperial no perjudicara la unidad de la Iglesia, aclaró a fondo las características propias de las dos potestades y su mutua independencia. Movido por su caridad sin medida y las necesidades de los indigentes, murió en la más extrema pobreza. Siglo V.
San Marino de Porec obispo y mártir. Siglo IV.
San Mauro de Cesana obispo. Siglo X.
San Mauro de Verona obispo y confesor. Después de algunos años de glorioso pontificado renunció a su dignidad, y se retiró a vivir sólo en un desierto, donde el Señor le favoreció con el espíritu de profecía y donde de milagros hasta su dichosa muerte, a la cual asistieron los Ángeles para acompañar su bendita alma a la Jerusalén celestial. Siglo X.
San Rufo de Roma de quien el bienaventurado apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, dice que fue un elegido del Señor. Siglo I.




























