6 de junio. Mes del Sagrado Corazón de Jesús. Viernes de la VII Semana de Pascua.
Felicidades a los que se llaman Marcelino, Alejandro, Besarión, Ceracio, Claudio, Colman, Eustorgio, Gilberto, Hilarión, Jarlato, Norberto y Rafael.
Salmo
El Señor puso en el cielo su trono
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,15-19):
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
Palabra del Señor
San Marcelino Champagnat fundador de la Congregación de los Hermanos Maristas o los Hermanitos de María, entrega su vida a la educación de los jóvenes pobres que desconocían a su Padre Celestial, fundando a los hermanitos de María, hermanos religiosos quienes al no ser sacerdotes entregan su vida por completo a la educación de niños y jóvenes para que amen y conozcan a su Santísima Madre y a su Padre Dios. (s. XIX).
San Alejandro obispo de Fiésole, el cual, de regreso de la ciudad de Pavía, a la que había ido para reclamar ante el rey de los longobardos los bienes de su iglesia, retenidos por usurpadores, estos lo ahogaron arrojándole a un río. (s. IX)
San Besarión anacoreta, que por amor de Dios se comportó como mendigo y peregrino (s. IV).
San Ceracio obispo de Grenoble, que escribió al papa san León I para darle las gracias por su escrito a Flaviano, y preservó a su grey del contagio de la herejía (s. V).
San Claudio de Condat a quien se considera como obispo y abad del monasterio de Condat (s. VIII).
San Colman obispo en las islas Orcadas (s. XI).
San Eustorgio II obispo de Milán, que conocido por su piedad, justicia y demás virtudes propias de un pastor, edificó un magnífico baptisterio. (s. XI).
San Gilberto abad abad de la Orden Premonstratense, quien, después de haber vivido como eremita, fundó el monasterio y el hospital de Neufontaines. (s. XII).
San Hilarión de Constantinopla presbítero y hegúmeno del monasterio llamado de Dalmacio, que, por defender el culto de las sagradas imágenes, hubo de soportar la cárcel, los azotes y el exilio. (s IX).
San Jarlato de Irlanda obispo. (s. VI).
San Norberto obispo de Magdeburgo, hombre de costumbres austeras y dado enteramente a la unión con Dios y a la predicación del Evangelio, que fundó cerca de Laon, en Francia, la Orden Premonstratense de Canónigos Regulares, y luego, designado obispo de Magdeburgo, en Sajonia, se mostró pastor eximio, reformando la vida cristiana y trabajando para difundir la fe entre las poblaciones vecinas. (s. XII).
San Rafael Guizar y Valencia obispo de Veracruz, en México, que durante el tiempo de persecución estuvo desterrado o ejerció su ministerio episcopal de modo clandestino. (s. XX).




























